domingo, 28 de febrero de 2016

LOCUCIONES VERBALES

A continuación,  tenéis  un listado con locuciones verbales que tienen la peculariedad de emplear palabras relativas al cuerpo humano.
Boca
Quitarle de la boca algo a alguien: Anticiparse a lo que iba a decir alguien.
Taparle la boca a alguien: Sobornar con dinero. Dar a alguien una razón tan concluyente que no pueda responder.
Cabeza
Perder la cabeza por alguien: Perder la razón, estar ciegamente enamorado.
Tener la cabeza a/llena de pájaros: Tener poco juicio. Estar distraído.
Cara
Tener cara de pocos amigos: Estar de mal humor.
Dar la cara por alguien: Salir en defensa de alguien
Echarle en cara algo a alguien: Reprochar.
Ceja
Metérsele una cosa a alguien entre ceja y ceja: Obstinarse en un pensamiento o propósito.
Quemarse las cejas: Estudiar mucho.
Tener a alguien entre ceja y ceja: Mirar a alguien con recelo o aborrecimiento.
Corazón
Encogérsele el corazón a alguien: Sentir lástima o compasión.
Tener el corazón en un puño: Experimentar miedo o angustia.
Culo
Perder el culo: Ir muy deprisa. Desvivirse por algo de forma servil.
Ir de culo: Ir mal o cada vez peor.
Espalda
Caerse de espaldas: Asombrarse o sorprenderse mucho.
Cubrirse las espaldas: Asegurarse contra todo riesgo.
Lengua
Darle a la lengua: Hablar mucho.
Irse de la lengua: decir algo que se debiera mantener secreto.
Mano
Estar mano sobre mano: Estar sin hacer nada.
Llegar a las manos: Pelearse.
Oido
Hacer oídos sordos: Hacerse el sordo. Desentenderse.
Pierna
Salir por piernas: Escapar corriendo.
Estirar las piernas: Pasear.

martes, 23 de febrero de 2016

¿Andó o anduvo?

¿Andó o anduvo?

Dedicado a aquell@s que  todavía creen que el pretérito  perfecto simple del verbo ANDAR es andó*.

Había una vez, en un pequeño pueblo, un cura, ya mayor, que pensaba en jubilarse por lo que pidió que mandaran un sustituto.
A las pocas semanas apareció un cura joven recién salido del seminario que le pidió al párroco que le ayudara a dar su primera homilía por lo que el cura se metió bajo el altar para poder ayudarle si se quedaba sin saber muy bien que decir.
La parábola de ese día era sobre la resurrección de Lázaro a lo que el joven párroco dijo:
-Y dijo Jesús al cuerpo de Lázaro, "amigo levántate y anda" a lo que Lázaro se levantó y andó.
El párroco, al oírlo, le dijo desde debajo del altar:
-¡Anduvo, tonto!
A lo que el joven párroco dijo:
-Bueno si, anduvo tonto un rato pero luego andó.

EJERCICIOS PARA PRACTICAR LA VOZ PASIVA

Ejercicios

Transforma las oraciones activas en pasivas.
Usa el mismo tiempo que en la oración activa.
  1. Yo leo el libro.
    → 
  2. El niño ha encontrado el balón.
    → 
  3. Felipe y Lucía comieron el pastel.
    → 
  4. Sus abuelos habían construido una casa nueva.
    → 
  5. Mis vecinos habrán regado mis plantas.
    → 
Construye oraciones en la voz pasiva .
  1. (la cama/hacer - Presente) 
  2. (el desayuno/preparar - Pretérito Imperfecto) 
  3. (las puertas/cerrar - Pretérito Perfecto) 
  4. (la ventana/abrir - Pretérito Pluscuamperfecto) 
  5. (los ordenadores/encender - Futuro Perfecto) 
Transforma la pasiva de proceso en pasiva refleja.
Usa el mismo tiempo verbal que en la pasiva de proceso.
  1. La música es escuchada.
    → 
  2. Las cajas han sido contadas.
    → 
  3. El coche había sido fabricado.
    → 
  4. Los paquetes habrán sido ordenados.
    → 
  5. Los periódicos habrían sido publicados.
    → 

miércoles, 17 de febrero de 2016

Las perífrasis verbales






Aclaraciones sobre las perífrasis

  1. 1) La perífrasis verbal forma una unión sintáctica indisociable, es decir, el verbo en forma no personal nunca funciona como complemento (directoindirectoatributopredicativocircunstancialrégimen o suplementoagente,) de la primera forma verbal. Esto significa que el infinitivo no se puede conmutar por eso, esto o lo, ni los gerundios por el  adverbio así. Ejemplos: 
      -Juan debe venir a las diez  /  *Juan debe esto a las diez. 
      Sí hay perífrasis ya que no puede conmutar el infinitivo por “esto”.
      -Juan desea viajar a Italia  / Juan desea esto.
  1.   No hay perífrasis en este segundo caso ya que el infinitivo sí puede sustituirlo por “esto” o “lo”; además, el verbo principal conserva su significado plenamente, es decir, no es forma auxiliar que indique valores aspectuales o modales como los descritos anteriormente en cada perífrasis. 

  2.   Así pues, hay que insistir en que no siempre que aparecen las construcciones mencionadas arriba nos encontramos con una perífrasis (por ejemplo, Viene cantando no es perífrasis, pero sí hay en Viene hablando mal de ti desde hace un mes). En estos dos ejemplos se puede decir Viene así en el primer caso, pero no Viene hablando *así de ti desde hace un mes. En cualquier caso, en los gerundios no está tan claro muchas veces la sustitución por “así”. Lo mejor es comprobar si el gerundio pierde su valor léxico (con lo que se convierte en auxiliar y es perífrasis) o lo conserva.

  1. 2) Verbos como querer, temer, prohibir, prometer, necesitar, etc., con un infinitivo, aunque tienen un valor modal desde el punto de vista semántico o pragmático, no se consideran perífrasis verbales, ya que desde el punto de vista sintáctico no constituyen una unidad sintáctica indisociable. En estos casos el infinitivo (del que suele depender un complemento) se puede conmutar por un pronombre (Prometo viajar a RomaPrometo esto o Lo prometo). Únicamente querer con un sujeto no animado o en oraciones impersonales crea perífrasis alguna vez (Quiere llover).

  1. 3) No hay que confundir una perífrasis verbal con una locución verbal (ejemplos de locuciones verbales: darse cuenta, echar a perder, hacer añicos, echar de menos, dar a conocer, dar a entender, tener en cuenta...). 

  1. 4) La perífrasis puede ser que + infinitivo se convierte muchas veces en puede que + subjuntivo; en este caso hay una lexicalización y ya no es puramente una perífrasis, sino más bien una locución adverbial con el valor de a lo mejor, posiblemente, quizá.
     

martes, 9 de febrero de 2016

IMITANDO A D. JUAN MANUEL

Estos son los trabajos hechos por algunas  de mis alumnas de 3°ESO, imitando a D. Juan Manuel. Magnífico, chicas. Chicos, sigo esperando...


DON COL Y DOÑA FLOR
Otra vez habló el Conde Lucanor a Patronio, su consejero, del siguiente modo:
Patronio, un hombre me ha aconsejado que haga una cosa, pues dice que tengo todo lo que hace falta para ganarla sin el mínimo esfuerzo. Os aseguro que es tan ventajosa que, si Dios quisiera que saliera como él dijo, serían tales los beneficios que mucha más gente me respetaría  y me darían  valor.
Entonces refirió a Patronio en qué consistía. Cuando hubo terminado, respondió Patronio:
Señor Conde Lucanor, siempre oí decir que las palabras se demuestran con hechos y con acciones, pues muchas veces sucede que las apariencias engañan como sucedió en la fábula de Don Col y Doña Flor.
El conde le preguntó qué les había sucedido.
Señor conde -dijo Patronio-, según cuentan, una vez existió  un caracol llamado Don Col, muy humilde y amable, pero a pesar de ello todos se burlaban de él. Pues como sabéis los caracoles se caracterizan por no tener prisa, su andar es pausado y lento. Don Col caminaba todos los días, de sol a sol, para cruzar la calle que separaba la amplia ciudad de un extenso y apetecible huerto lleno de verduras de todo tipo. Siempre hacía el mismo recorrido, esforzándose para llegar lo antes posible y no quedarse sin comida, pues al caminar tan lento, tardaba mucho en llegar al otro lado.
La mayoría de los animales, al verlo, lo ignoraban o se reían a sus espaldas lamentándose de tener ese cuerpo. La que más lo criticaba era Doña Flor, una esbelta y veloz liebre que siempre era la primera en todo, o eso decía ella. Como sabréis, querido conde, las liebres se caracterizan por ser uno de los animales más veloces y rápidos. Pero Don Col sabía que por muy rápida que fuera, no era tan lista y astuta como era él. Por eso, un día cansado de oír los rumores y risas de la liebre sobre él, decidió plantarle cara y la retó a una carrera. Ganaría el primero que llegara a su casa. Doña Flor aceptó sin rechistar, pues no tenía nada que perder. Se quedó un poco sorprendida ante la propuesta tan valiente del caracol ya que lógicamente la ganadora sería ella pero Don Col estaba tranquilo, su estrategia no fallaría.
Una vez preparados en sus puestos, comenzó la cuenta atrás. Al segundo de la salida, el caracol se metió en su concha velozmente. Perpleja, a la liebre no le dio ni tiempo a moverse. Cuando Don Col salió y miró a su alrededor vio a todos los animales animándole y aupándole.Era el ganador. Doña Flor , víctima  de su arrogancia e ignorancia, no se había dado cuenta de que todos los caracoles llevan su casa a cuestas, es decir, su concha, debido a la arrogancia e ignorancia que ho. De modo que, gracias a la astucia y paciencia de Don Col, Doña Flor aprendió una gran lección.
Vos, señor conde Lucanor, si queréis que  la gente os respete y os valore por como vos sois con vuestros defectos y virtudes, tened en cuentan en que aparte de decirlas tenéis que esforzaros en  demostrarlas, con acciones no con palabras, con hechos no con apariencias y así os ganareis la confianza y lealtad de todos los que os rodean.
Al conde le gustó mucho lo que le dijo Patronio, y lo puso en práctica.
 Y como le salió bien, Marta decidió compartirlo con toda la clase de 3°ESO del IES Mugardos y escribió estos versos:
Si no tienes ningún defecto,
es porque no eres perfecto.
MARTA RUMBO

CUENTO VII
Otra vez habló el conde Lucanor con Patronio, su consejero, del siguiente modo:
-Patronio, el otro día un hombre me llevó a la Puebla, y me quedé muy sorprendido con las ropas que por allí vestían, iban vestidos prácticamente  con harapos y telas pasadas de moda. No pude evitar reírme de algunos de ellos mientras paseaban fachendosos por las calles.
Cuando hubo terminado , respondió Patronio:
-Señor conde Lucanor, siempre oí decir que era imprudente alardear y para que lo entienda mejor le voy a contar lo que le pasó  a un conocido mío.
Señor conde- dijo Patronio-, había en la ciudad un señor,llamado Don Pedro, muy rico, pues había heredado todos los beneficios de la producción de trigo del pueblo de su difunto padre. No le bastaba con poseer dinero a cantidad, sino que presumía de su riqueza todos los días; bajaba al mercado y al vendedor mil diamantes le decía que tenía, a la posada iba y sus terrenos y mansiones recitaba, a los criados les enseñaba sus mejores trajes con preciosa seda, lo más caro de la época. Burlábase de quien menos que él poseía y se reía de mendigos y esclavos. Un día, el banco un fraude encontró en sus impuestos, pues no pagaba lo que debía. El dinero le quitaron y las joyas le arrebataron. Sintiéndose desgraciado en la calle se vio y con mucha pena comprendió lo que sufrían aquellos  de los que antes osaba burlarse.
Por ello, conde Lucanor, antes de reírse de nadie póngase  en su lugar y en vez de enseñar sus riquezas, compártalas con los más desgraciados.
Al señor conde le pareció  bien y no volvió  a burlarse de aquellos que no compartían  su buena suerte.
  Y como Carolina lo tuvo a bien, decidió compartirlo con todo el que lo decida leer y compuso estos versos:
“Mejor no te burles de quién menos tiene
  pues puede que algún día te supere”






Carolina Fernández Ferrero.